España es un lugar cuyo sistema político se basa en la libertad de credo, la diversidad política y la integración de cuantos habitan y conviven pacíficamente. Sin embargo, existe una sensación creciente en Europa de no reconocernos en nuestra propia casa, al enfrentarnos a episodios imprevisibles, que atacan no solo nuestra inocencia sino la forma en que vivimos y pensamos. El derecho a vivir en paz parece que no es algo tan íntimo como antes. El yihadismo ha hecho gala de una barata devastación: una mente fanatizada y una furgoneta de alquiler. No es fácil combatirlo. Hemos de renunciar a un poco de libertad para una mayor seguridad. La frase que se ha impulsado como lema del estado de ánimo de la Barcelona herida “No tinc por ”es bonita, más bien una loable actitud social, pero incierta. Tenemos miedo, ellos -los asesinos – no porque en su fanatismo solo temen a Alá. Tener miedo es lo que nos ayuda a protegernos y lo que ha permitido a la raza humana sobrevivir. Dulcificar la gravedad de la amenaza y agarrarnos al “no tenim por” nos pone en riesgo mayor.
Todo el desgraciado suceso ha tenido también tintes discrepantes respecto de la coordinación entre las distintas fuerzas policiales. Si hay un cuerpo que se ha ganado desde hace muchos años el profundo reconocimiento de la sociedad es la Guardia Civil. Su experiencia como primera fuerza antiterrorista hubiera aportado mayor diligencia en conocer las raíces y siguientes acciones del fanatismo que llevó a un comando de imberbes a helar nuestra sangre el pasado 17 de agosto . La Guardia Civil y el CNP han sido instructores de anteriores promociones de policías autonómicos que ahora están en destinos de mando activo. Nadie con la Benemérita conoce tan en profundidad las múltiples raíces del fanatismo, los factores psicológicos individuales y los adoctrinamientos recibidos por los imanes y otros líderes. Desde finales de 2014 la Guardia Civil y el CNP han detenido en suelo español a 722 personas vinculadas con el terrorismo yihadista en 221 operaciones. No otorgar el lugar que se merece este Cuerpo es una equivocación tanto como pensar que la policía de la Generalitat es autosuficiente. Ahora más que nuca hay que estar alerta para mantener un clima de entendimiento que nos ha de identificar como sociedad y con la humildad de algunos de compartir con “lo que más saben” nuestro presente y nuestro futuro.
J.S. LL.